No son pocas las personas que, cuando llega el momento de la jubilación, ven esta nueva etapa como una buena oportunidad para realizar aquellos proyectos que tuvieron que dejar aparcados durante su vida laboral.
Poyectos como viajar, disfrutar de su tiempo de ocio o estudiar empiezan a ocupa la agenda de propósitos de las personas mayores para los para los próximos años, pero a la hora de llvarlos a la práctica pueden encontrarse con el inconveniente de que disponen del tiempo necesario, pero no de los ingresos suficientes.
Afortunadamente, ya son muchos los descuentos y promociones para aquellos que han cumplido cierta edad. De hecho, son tan fecuentes que ya ni tan siquiera es necesario esperar a cumplir los 65 años, puesto que muchas de estas ventajas son aplicables a partir de los 55 años.
Pero no sólo se trata del ocio por el ocio. Las actividades de recreo aportan muchos más beneficios de los que pensamos. Los expertor recomiendan llevar a cabo dichas actividades para mantener las capacidades cognitivas y para reducir el deterioro psicofísico.
Son muchas las administraciones públicas que hace tiempo que apostaron por apoyar los viajes para jubilados. Empezando por el IMSERSO, que ofrece paquetes turísticos para mayores de 65 años a precios muy asequibles.
Los ayuntamientos, consejerías o diputaciones no son las únicas entidades que hacen ofertas para este sector poblacional. Las agencias de viajes también lanzan importantes descuentos para el turismo senior porque consideran que este sector puede reportarles beneficios a la hora de, por ejemplo, desestacionalizar algunos destinos a los que sólo se viaja en verano como la costa.
Los precios suelen variar en función del destino, la temporada y la modalidad de viaje. Pero, por regla general, los descuentos son bastante interesante y, prácticamente todos, superan la rebaja del 20 por ciento de su precio habitual.
Quizá se trate del sector en el que los mayores obtengan más y mejores beneficios. Es el caso, por ejemplo, del tren. Renfe pone a disposición de las personas de más de 60 años su Tarjeta Dorada. Con ella se pueden adquirir billetes para cualquier clase y tren. Dependiendo del día de la semana en el que se compren los billetes el descuento será mayor o menor. Por ejemplo, de lunes a jueves es de un 40 por ciento y los viernes, sábados y domingos es del 25 por ciento, para los billetes que no se han obtenido en venta anticipada y con reserva.
La tarjeta tiene una validez anual y se puede adquirir en las estaciones, oficinas de ventas y agencias de viajes por un precio de 5,05 euros. También se puede adquirir asociada a tarjetas de crédito y débito en ciertas entidades bancarias.
En el caso del transporte público urbano, también son muchas las ciudades que ofrecen unos descuentos importantes en los abonos mensuales para las personas mayores. Incluso hay casos en los que, para los mayores de 65 años, los viajes son gratuitos.
La jubilación es una etapa perfecta para retomar actividades educativas que, en el pasado y por falta de tiempo, no pudimos llevar a cabo. Es el caso de los centros de educación permanentemente de adultos o la universidad para mayores. Además de tener precios muy accesibles, muchos de estos cursos se complementan con otras actividades como excursiones, visitas a museos, talleres, charlas o foros.
Cine y teatro también son dos actividades que ocupan parte del ocio de las personas jubiladas. En este sentido, la reducción del precio de las entradas de cine es de entre el 10 y el 50 por cierto. En el caso del teatro, son muchos los que ofrecen ciclos de representaciones destinados a los gustos específicos d este tipo de público (música popular, copla, zarzuela o canción española), además del descuento que habitualmente suelan hacer en el precio de entrada.
La práctica de ejercicio, sobre todo al aire libre, adaptada a las necesidades y circunstancias de cada edad, es altamente beneficiosa. Por ello, son bastantes los centros deportivos que apuestan por la gerontogimnasia y que ya ofrecen descuentos en este sentido.
Pero no sólo se trata de practicar deportes, también a la hora de asistir a eventos deportivos encontramos ofertas. Por ejemplo, numerosos clubes de fútbol o de baloncesto tienen promociones en los abonos de temporada para los mayores de 65 años.
Un jubilado cobra de media en España 808 euros, razón más que suficiente para que la Administración Pública ponga en marcha promociones y descuentos que incentiven el consumo en este sector de la pobliación.
Pero a pesar de lo bajo de su pensión, son pocas las administraciones y las empresas que ofrecen descuentos interesantes en lo que a los impuestos se refiere. De hecho, quizá sea el sector en el que menos beneficios obtienen.
Si bien, a pesar de ello, hay ciudades que sí realizan descuentos en la tasa municipal de recogida de basuras, en la contribución urbana o en los suministros de agua y de alcantarillado.
En el caso de las personas jubiladas con pensiones mínimas, éstas pueden solicitar descuentos en su factura de la luz o de teléfono, los cuales variarán dependiendo de la compañía con la que tengan contratado ese servicio. Por ejemplo, Telefónica- Movistar cuenta con lo que denomina abono social. Se trata de una serie de facilidades destinadas a jubilados y pensionistas que no superen los 611 euros mensuales de pensión.
"Envejecer es todavía el único medio que se ha encontrado para vivir mucho tiempo." Charles Augustin Sainte-Beuve (1804-1869) Escritor y crítico literario francés
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domingo, 15 de enero de 2012
jueves, 12 de enero de 2012
Gripe, el mayor enemigo de la buena salud en invierno
La gripe es una enfermedad respiratoria contagiosa, causada por un virus. A principios del siglo XX, se creía que la gripe era causada por una bacteria, y no fue hasta 1931 cuando se demostró el origen viral de esta infección.
Existe una gran familia de virus de la gripe que se agrupan en tres géneros: A, B y C. En la superficie de los virus A existen dos compuestos bioquímicos, llamados grlucoproteinas: Hemaglutinina (H) y Neuraminidasa (N) que juegan funciones importantes tanto en el anclaje del virus de la células de la mucosa del tracto respiratorio, como provocar la reacción de fusión de la cubierta externa del virus con la membrana de las células humanas, proceso mediante el cual el genoma del virus accede al interior de la célula, comenzando la infección. Los numerosos virus del género de la gripe A difieren en la composición química de estas glucoproteinas. Las diferentes combinaciones crean subtipos de virus, cuya característica más relevante es que los anticuerpos que reaccionana y neutralizan a un subtipo no lo hacen contra el resto. Esto es muy importante a la hora de producir vacunas, pues los anticuerpos que genera en el organismo humano deben ser capaces de neutralizar a los virus que en esa estación estén circulando en el entorno, pues de lo contrario no tendrían efecto protector; por eso todos los años las vacunas deben adaptarse a las cepas que sean preponderantes en ese momento, haciendo inútiles las vacunas de temporadas anteriores.
Los virus de la gripe tienen una gran facilidad para mutar y debido a esto, asistimos a la creación de una nueva cepa viral, capaz de escapa a la inmunidad obtenida por cepas previas, y entonces puede producirse una nueva epidemia de gripe, lo que en nuestros hemisferios norte ocurre entre octubre y abril. Las pandemias se producen a menudo por el reordenamiento genético de un virus de la gripe que infecta a las aves y otro virus de la gripe que infecta al ser humano; en este proceso un virus humano de la gripe adquiere cierto número de segmentos genéticos procedentes del virus aviar, con capacidad infectiva al ser humano y potencialmente más dañino que su antecesor.
Los virus de la gripe se transmiten a través de gotitas de saliva que una persona infectada expele cuando estornuda o habla. El virus ataca el epitelio respiratorio y se adueña de la maquinaria replicativa de las células infectadas para producir nuevas progenies de partículas virales e infectar de nuevo a otras células del huésped. El organismo se defiende provocando una respuesta inflamatoria, en la que se liberan unas sustancias llamadas citoquinas, que son las responsables de los síntomas: fiebre, dolor muscular, malestar.... Además, puede aparecer tos, dolor de garganta, moqueo, dolor de cabeza y fatiga.
La gripe es una enfermedad autolimitada, pero la respuesta antinflamatoria del organismo infectado puede llegar a ser de tal intensidad que puede provocar un síndrome de distrés respiratorio agudo y hasta una persona joven puede fallecer a las 24-48 horas del inicio de los síntomas.
Si algo caracteriza a la gripe es su impredecibilidad, y su gravedad puede variar de un año para otro, dependiendo de muchos factores, como el tipo de virus que cause la infección, la disponibilidad de cantidades suficientes de vacunas y en el tiempo adecuado; la buena correlación entre las cepas vacunales y las cepas causantes de la enfermedad; y sobre todo, de la cantidad de gente que se vacuna.
La mayor parte de las personas que sufran una gripe pasarán un proceso leve, sin embargo, otras tendrán más probabilidades de padecer complicaciones que le hagan ingresar en un hospital o incluso morir como los menores de cinco años, las embarazadas, los mayores de 65 años y las personas con problemas de salud crónicos como asma o diabetes.
La neumonía es la complicación más frecuente de la gripe y ocurre normalmente en pacientes mayores aquejados de patología cardiorrespiratoria crónica o que tengan las defensas bajas. Además, algunas bacterias aprovechan esta situación sobreinfectan al paciente y añaden mayor gravedad al proceso.
La edad avanzada es un factor añadido de riesgo en la enfermedad gripal, debido al declive de la inmunidad propio del envejecimiento. Si a ello unimos la mayor incidencia con la edad de otras condiciones médicas crónicas, entenderemos cómo las muertes por gripe se incrementan con la edad, y alcanzan su mayor expresión en los mayores con patología crónica asociada.
Existe una gran familia de virus de la gripe que se agrupan en tres géneros: A, B y C. En la superficie de los virus A existen dos compuestos bioquímicos, llamados grlucoproteinas: Hemaglutinina (H) y Neuraminidasa (N) que juegan funciones importantes tanto en el anclaje del virus de la células de la mucosa del tracto respiratorio, como provocar la reacción de fusión de la cubierta externa del virus con la membrana de las células humanas, proceso mediante el cual el genoma del virus accede al interior de la célula, comenzando la infección. Los numerosos virus del género de la gripe A difieren en la composición química de estas glucoproteinas. Las diferentes combinaciones crean subtipos de virus, cuya característica más relevante es que los anticuerpos que reaccionana y neutralizan a un subtipo no lo hacen contra el resto. Esto es muy importante a la hora de producir vacunas, pues los anticuerpos que genera en el organismo humano deben ser capaces de neutralizar a los virus que en esa estación estén circulando en el entorno, pues de lo contrario no tendrían efecto protector; por eso todos los años las vacunas deben adaptarse a las cepas que sean preponderantes en ese momento, haciendo inútiles las vacunas de temporadas anteriores.
Los virus de la gripe tienen una gran facilidad para mutar y debido a esto, asistimos a la creación de una nueva cepa viral, capaz de escapa a la inmunidad obtenida por cepas previas, y entonces puede producirse una nueva epidemia de gripe, lo que en nuestros hemisferios norte ocurre entre octubre y abril. Las pandemias se producen a menudo por el reordenamiento genético de un virus de la gripe que infecta a las aves y otro virus de la gripe que infecta al ser humano; en este proceso un virus humano de la gripe adquiere cierto número de segmentos genéticos procedentes del virus aviar, con capacidad infectiva al ser humano y potencialmente más dañino que su antecesor.
Los virus de la gripe se transmiten a través de gotitas de saliva que una persona infectada expele cuando estornuda o habla. El virus ataca el epitelio respiratorio y se adueña de la maquinaria replicativa de las células infectadas para producir nuevas progenies de partículas virales e infectar de nuevo a otras células del huésped. El organismo se defiende provocando una respuesta inflamatoria, en la que se liberan unas sustancias llamadas citoquinas, que son las responsables de los síntomas: fiebre, dolor muscular, malestar.... Además, puede aparecer tos, dolor de garganta, moqueo, dolor de cabeza y fatiga.
La gripe es una enfermedad autolimitada, pero la respuesta antinflamatoria del organismo infectado puede llegar a ser de tal intensidad que puede provocar un síndrome de distrés respiratorio agudo y hasta una persona joven puede fallecer a las 24-48 horas del inicio de los síntomas.
Si algo caracteriza a la gripe es su impredecibilidad, y su gravedad puede variar de un año para otro, dependiendo de muchos factores, como el tipo de virus que cause la infección, la disponibilidad de cantidades suficientes de vacunas y en el tiempo adecuado; la buena correlación entre las cepas vacunales y las cepas causantes de la enfermedad; y sobre todo, de la cantidad de gente que se vacuna.
La mayor parte de las personas que sufran una gripe pasarán un proceso leve, sin embargo, otras tendrán más probabilidades de padecer complicaciones que le hagan ingresar en un hospital o incluso morir como los menores de cinco años, las embarazadas, los mayores de 65 años y las personas con problemas de salud crónicos como asma o diabetes.
La neumonía es la complicación más frecuente de la gripe y ocurre normalmente en pacientes mayores aquejados de patología cardiorrespiratoria crónica o que tengan las defensas bajas. Además, algunas bacterias aprovechan esta situación sobreinfectan al paciente y añaden mayor gravedad al proceso.
La edad avanzada es un factor añadido de riesgo en la enfermedad gripal, debido al declive de la inmunidad propio del envejecimiento. Si a ello unimos la mayor incidencia con la edad de otras condiciones médicas crónicas, entenderemos cómo las muertes por gripe se incrementan con la edad, y alcanzan su mayor expresión en los mayores con patología crónica asociada.
miércoles, 11 de enero de 2012
Cuida tus huesos
La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por una alteración de la resistencia ósea (valores de masa ósea por debajo de los aceptados como normales), que predispone a la persona a un mayor riesgo de fracturas.
El mayor peligro de la osteoporosis es que es una enfermedad que no da síntomas (a no se rque exista fractura), por lo que la forma más eficaz de evitarla se basa en la prevención, y en concreto, en la prevención mediante la dieta.
El aporte a través de la nutrición de una cantidad adecuada de calcio y de vitamina D constituye el punto clave para frenar la osteoporosis.
El calcio: la adecuada ingesta de este elemento es una medida que permite alcanzar un máximo óptimo de masa ósea y previene la pérdida de mineral óseo.
La leche y otros productos lácteos como el yogur, la mayor parte de los quesos y la mantequilla son las principales fuentes de calcio. Además, existe una variedad de otros alimentos que tambíén representan aportaciones importantes. Entre ellos se encuentran las hortalizas de hojas verdes como el brócoli, la col rizada, la berza común, la mostaza, los nabos y el bok choy o repollo chino. Otras fuentes de calcio recomendables son el salmón, las sardinas, los mariscos, las almendras, las nueces de Brasil y las legumbres secas.
Los niveles de calció están vinculados a la presencia de fósforo. La falta o exceso de cualquiera de estos macrominerales puede afectar la absorción del otro. Los alimentos ricos en fósforo son, además de la leche, aquellos ricos en proteínas como la carne, el pescado y los huevos. La leche es una buena fuente de fósforo y magnesio y ayuda a absorber y utilizar el calcio de una manera más efectiva.
La vitamina D y otras vitaminas: la vitamina D es esencial para asegurar la absorción del calcio y la mineralización normal del hueso. También se ha demostrado que la vitamina D ayuda a conservar la fuerza muscular y el equilibrio y disminuye el riesgo de sufrir caídas y fractutas.
La vitamina D se sintetiza en la piel como consecuencia de la exposición al sol. Tomar quince minutos de sol sin crema protectora varias veces a la semana es suficiente para producir la vitamina D que necesitamos. También la podernos obtener a partir de fuentes alimentarias, pero la mayoría de los alimentos contienen poco vitamina D natural. Entre ellos, destacan las sardinas y los boquerones, el atún y el bonito fresco, el bacalao, el hígado de vaca o ternera, los quesos graseos, la margarina, los champiñones, los huevos, la leche enriquecida y el yogur, entre otros.
La vitamina C es necesaria es la síntesis de colágeno. La encontramos en los cítricos como la mandarina, la naranja, el pomelo o el limón. También en el melón, el brócoli, la zanahoria y el tomate.
La vitamina A también es necesaria para el hueso. La encontramos en la yema del huevo, en los lácteos, en el pescado graso, y en el hígado. También, como pro-vitamina A en numerosas verduras, frutas, zanahoria, batata, melón, damasco y, en general, en verduras de hoja verde.
El ejercicio físico aeróbico (caminar, correr, pasear en bicicleta...) y los programas de entrenamiento físico de resistencia son recomendables para prevenir la osteoporosis y las facturas.
Una modalidad de ejercicios, especialmente interesante para las personas que sufren osteoporosis, son los programas de refuerzo de la musculatura del tronco. Estos ejercicios intentan oponerse a la progresión de la cifosis. Fortalecer la faja abdominal, con ejercicios de corto radio, es favorable para descargar la columna y controlar mejor su movilidad. Es recomendable el estiramiento, de pie con las referencias del tacto con la pared o en supino con la referencia del suelo.
Si los ejercicios de extensión, están especialmente indicados, los de hiperflexión de columna se encuentran contraindicados, ya que aumentan el riesgo de fracturas vertebrales por compresión. También se desaconsejan los ejercicios bruscos y con amplias torsiones o inclinaciones laterales del tronco.
El mayor peligro de la osteoporosis es que es una enfermedad que no da síntomas (a no se rque exista fractura), por lo que la forma más eficaz de evitarla se basa en la prevención, y en concreto, en la prevención mediante la dieta.
El aporte a través de la nutrición de una cantidad adecuada de calcio y de vitamina D constituye el punto clave para frenar la osteoporosis.
El calcio: la adecuada ingesta de este elemento es una medida que permite alcanzar un máximo óptimo de masa ósea y previene la pérdida de mineral óseo.
La leche y otros productos lácteos como el yogur, la mayor parte de los quesos y la mantequilla son las principales fuentes de calcio. Además, existe una variedad de otros alimentos que tambíén representan aportaciones importantes. Entre ellos se encuentran las hortalizas de hojas verdes como el brócoli, la col rizada, la berza común, la mostaza, los nabos y el bok choy o repollo chino. Otras fuentes de calcio recomendables son el salmón, las sardinas, los mariscos, las almendras, las nueces de Brasil y las legumbres secas.
Los niveles de calció están vinculados a la presencia de fósforo. La falta o exceso de cualquiera de estos macrominerales puede afectar la absorción del otro. Los alimentos ricos en fósforo son, además de la leche, aquellos ricos en proteínas como la carne, el pescado y los huevos. La leche es una buena fuente de fósforo y magnesio y ayuda a absorber y utilizar el calcio de una manera más efectiva.
La vitamina D y otras vitaminas: la vitamina D es esencial para asegurar la absorción del calcio y la mineralización normal del hueso. También se ha demostrado que la vitamina D ayuda a conservar la fuerza muscular y el equilibrio y disminuye el riesgo de sufrir caídas y fractutas.
La vitamina D se sintetiza en la piel como consecuencia de la exposición al sol. Tomar quince minutos de sol sin crema protectora varias veces a la semana es suficiente para producir la vitamina D que necesitamos. También la podernos obtener a partir de fuentes alimentarias, pero la mayoría de los alimentos contienen poco vitamina D natural. Entre ellos, destacan las sardinas y los boquerones, el atún y el bonito fresco, el bacalao, el hígado de vaca o ternera, los quesos graseos, la margarina, los champiñones, los huevos, la leche enriquecida y el yogur, entre otros.
La vitamina C es necesaria es la síntesis de colágeno. La encontramos en los cítricos como la mandarina, la naranja, el pomelo o el limón. También en el melón, el brócoli, la zanahoria y el tomate.
La vitamina A también es necesaria para el hueso. La encontramos en la yema del huevo, en los lácteos, en el pescado graso, y en el hígado. También, como pro-vitamina A en numerosas verduras, frutas, zanahoria, batata, melón, damasco y, en general, en verduras de hoja verde.
El ejercicio físico aeróbico (caminar, correr, pasear en bicicleta...) y los programas de entrenamiento físico de resistencia son recomendables para prevenir la osteoporosis y las facturas.
Una modalidad de ejercicios, especialmente interesante para las personas que sufren osteoporosis, son los programas de refuerzo de la musculatura del tronco. Estos ejercicios intentan oponerse a la progresión de la cifosis. Fortalecer la faja abdominal, con ejercicios de corto radio, es favorable para descargar la columna y controlar mejor su movilidad. Es recomendable el estiramiento, de pie con las referencias del tacto con la pared o en supino con la referencia del suelo.
Si los ejercicios de extensión, están especialmente indicados, los de hiperflexión de columna se encuentran contraindicados, ya que aumentan el riesgo de fracturas vertebrales por compresión. También se desaconsejan los ejercicios bruscos y con amplias torsiones o inclinaciones laterales del tronco.
martes, 10 de enero de 2012
Detectar la diabetes a tiempo
Más que una enfermedad, la diabetes es un conjunto de ellas, puesto que la hiperglucemia mantenida tiene consecuencias negativas sobre el riñón, el corazón o los ojos, provocando un envejecimiento acelerado. De ahí la importancia de detectarla precozmente.
La glucosa es nuestra principal fuente de energía: la obtenemos a través de los alimentos, pero sólo podemos utilizarla mediante la intervención de la insulina, una hormona producida en el páncreas que facilita el paso de la glucosa desde a sangre al interior de las células, donde es transformada en la energía imprescindible para el funcionamiento del organismo. La<s personas que padecen diabetes tienes un déficit de insulina, total o parcial, que hace que se eleven sus niveles de glucosa en la sangre. El déficit de insulina puede aparecer por una producción pancreática insuficiente (diabetes tipo I) o por una respuesta alterada a la insulina por parte de las células del organismo, que tiene repercusión no sólo sobre el metabolismo de los hidratos de carbono, sino también sobre el de lípidos y proteínas (diabetes tipo II).
La diabetes es la enfermedad endocrinometabólica más frecuente, hasta el punto de poder considerarse una epidemia: en el año2000 había 171 millones de personas con diabetes, que llegarán a ser 370 millones en el año 2030. El 10 por ciento de los casos son de diabetes tipo I, que se presentan, por lo general, en personas jóvenes, aunque puede aparecer a cualquier edad. En el 90 por ciento restante hablando de diabetes tipo II, propia de las etapas adultas de la vida, cuya prevalencia aumenta, además, exponencialmente con la edad: proyecciones de diferentes estudios epidemológicos ofrecen cifras tan alarmantes como un incremento del 225 por ciento de forma global, que en mayores de 75 años será el 460 por ciento.
Los síntomas de la diabetes son la emisión excesiva de orina (poliuria), el aumento de la sed (polidipsia) del hambre (polifagia), acompañados de pérdida de peso que se mantiene a pesar del incremento de la ingesta alimentaria. En las personas mayores, sin embargo, la presentación de la diabetes suele ser atípica por los cambios asociados a la edad y por la coexistencia de otras enfermedades que dificultan el diagnóstico de la diabetes. Así, los síntomas de la diabetes en ellos pueden variar de ninguno hasta la gangrena de un pie o el infarto de miocardio.
La diabetes, igual que la hipertensión arterial no controlada, se asocia a complicaciones a largo plazo: la hiperglucemia mantenida acelera los cambios arterioscleróticos, aumentando el riesgo de padecer complicaciones macrovasculares y microvasculares. La diabetes es, junto con la hipertensión arterial, el hábito tabáquico y la dislipemia (alteración de los niveles normales de lípidos plasmáticos, fundamentalmente colesterol y triglicéridos), uno de los grandes factores de riesgo vascular. La probabilidad de sufrir problemas vasculares son secuelas de mortalidad aumenta cuando se asocian estas enfermedades, por lo que su prevención y tratamiento es fundamental.
En las personas mayores es imprescindible, además, tener en cuenta que la diabetes se asocia con el deterioro funcional e incapacidad. Por ello, la diabetes puede derivar de secuelas de las complicaciones crónicas como ,por ejemplo un ictus, de posibles efectos secundarios de los fármacos, o de los efectos de la enfermedad sobre el estado nutricional, el ánimo y la situación cognitiva del paciente.
Puesto que los síntomas, salvo en casos aislados, son inespecíficos, la diabetes es una enfermedad que debe buscarse. Del mismo modo que el médico de cabecera y la enfermera controlan nuestras cifras de presión arterial de forma programada, debemos realizarnos una analítica de sangre de forma periódica para detectar los niveles elevados de glucosa. Las cifras elevadas deben confirmarse, para lo cual, por lo general, se realiza al paciente una prueba para observar cómo responde su organismo a una sobrecarga oral de glucosa.
La prevención de la diabetes se basa en modificar el estilo de vida. Lo primordial es llevar una dieta equilibrada, con gran consumo de ácidos grasos poliinsatudaros, fibra y consumo moderado de alcohol.
Además, es muy recomendable practicar ejercicio físico con regularidad y abandonar los hábitos nocivos como el consumo de tabaco.
Por otra parte, nuestro médico debe vigilar nuestros factores de riesgo cardiovascular, lo que resulta esencial para un buen control de la diabetes. Un buen seguimiento de la enfermedad hará que la diabetes no afecte irremediablemente y de forma negativa a nuestra calidad de vida.
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