Si nos dijeran que existe un potente antioxidante que ayuda a prevenir distintos tipos de cáncer, que combate el colesterol malo, que reduce el riesgo de sufrir degeneración macular y que conseguirlo esá al alcance de neustra mano, ¿no correrías a preguntar de qué se trata? La respuesta está en el licopeno.
Quizás este nombre no te diga mucho, pero si decimos que hablar de licopeno es hablar de alimentos tan básicos como el tomate o sus derivados, probablemente la cosa este un poco más clara. Y es que el tomate contiene la cantidad de entre 3 y 4,3 miligramos de licopeno por cada cien gramos, pero lo que te sorprenderá más es que en el ketchup se encuentran hasta 25 miligramos de licopeno por cada cien gramos, lo que lo convierte en el producto estrella en cuanto al consumo de licopeno, por encima de otras salas como el gazpacho, la salsa de tomate o el zumo de tomate.
Y al saber esto nos puede surgir la pregunta: ¿pero el ketchup no es malo? Pues no. Ya que, estudios científicos avalan el contenido de licopeno de los derivados de tomate por su estabilidad al procesado y su mejor biodisponibilidad, debido a sus características liposolubles.
Según los expertos, se recomienda una ingesta diaria de 7-10 miligramos de licopeno. Estas cantidades se consiguen con una ingesta de una ración de gazpacho o zumo de tomate de 250 mililitros, cien gramos de salsa de tomate o tres raciones de 10 mililitros de ketchup.
El licopeno posee propiedades antioxidantes, antitumorales e hipocolesterolemiantes y protege al organismo frente al estrés oxidativo causado por los radicales libres.
Ligado a este poder antioxidante se encuentra la capacidad antitumoral. Estos efectos antitumorales se han comprobado, especialmente, en el cáncer de próstata.
También está comprobada la relación entre la ingesta de licopeno y un menos riesgo de padecer degeneración macular.
Existen, por tanto, evidencias científicas para recomendar el consumo de licopeno, ya que tiene claros beneficios para la salud.